Como muchos sabréis, en los orígenes del flamenco el cante era el único protagonista de este arte, la guitarra se incorporó más tarde y a este instrumento le siguieron muchos, otros como el piano, el cajón o el violín, más propios del flamenco actual.
Diferentes folcloristas y musicólogos expertos en la guitarra coinciden en estimar que fue en el siglo XIX el momento en el que se introdujo la guitarra en el flamenco, sumándose así al cante que, hasta ese momento había prescindido de cualquier acompañamiento musical. De hecho, aún existen algunos palos que se interpretan sin melodía de guitarra, conocidos como cantes "a palo seco" en los que la voz es el único soporte.
Aunque existe diversidad de opiniones en la fecha exacta en la que se incorporó la guitarra al flamenco, algunos expertos como Manuel Ríos Ruiz estima que sería a comienzos de siglo XIX, otros sostienen que sería más tarde y datan su aparición en el flamenco en el año 1850 con Francisco Rodríguez "El Murciano", primera referencia en la materia documentada que, decían Antonio Mairena o Ricardo Molina, "seguramente acompañaba los cantos folclóricos de su tierra natal -Granada- con una pequeña guitarra llamada tiple".
No hay duda que será en el siglo XX cuando la guitarra se fusiona con el cante flamenco de un modo innovador, ayudando a este arte a tomar el auge de espectáculo, iniciándose el proceso de consolidación de la estructura de los palos flamencos, dándole entrada y salida a las coplas, como afirma Ríos Ruiz.
De este modo se regulan los esquemas del cante flamenco, se ordenan y ganan melodías que aún podemos disfrutar de un modo más moderno y cada vez más enriquecido gracias a los guitarristas actuales, cada vez más virtuosos de la guitarra flamenca.
Fuente bibliográfica:
López Ruiz, Luis. Guía del flamenco. Akal,, 2ª ed. 2007.